Mientras se discute en el Congreso un cuarto retiro del diez por ciento, son numerosas las voces que piden que este no se apruebe. Algunas, por supuesto, buscan mantener el sistema de AFP y el dinero barato que este proporciona a los grandes empresarios. Pero hay otras que tampoco lo apoyan, por una simple razón: esos recursos se necesitan para impulsar un nuevo sistema de pensiones.

Decenas de economistas, parlamentarios y directivos de instituciones están apareciendo desde hace semanas en la prensa con el mismo discurso: que un nuevo retiro de las AFP  provocará inflación y se reducirá aún más el monto de las futuras pensiones. Manuel Gajardo asesor de Confusam, afirma que esas opiniones llevan de contrabando seguir con el actual sistema: “Lo que hay detrás no es una preocupación por el desempleo o por la gente, lo que se busca es mantener los pilares de un sistema que entrega capital barato a las trasnacionales y a un puñado de capitalistas nacionales,  que toman un capital a una tasa de 2 por ciento y la prestan al trabajador a una tasa de 30”,  señala.

Manuel Gajardo

Explica que la postura más neoliberal en economía sostiene que los estímulos no deben aplicarse a la demanda o al mundo del trabajo sino a la oferta; es decir, a los empresarios. Afirma que su objetivo es incentivar a las empresas para que sean el motor de la economía. Para ello se requiere “que los créditos y tasa de interés no sean altos; que los tributos no los desincentiven ni las leyes laborales  les pongan obstáculos a sus inversiones”, expresa.  Esa mirada -agrega- no quiere estímulos a la demanda como han sido el IFE y los retiros,  y ha creado una campaña sobre un posible sobrecalentamiento económico que provocaría inflación. Sin embargo, declara que incentivar la demanda “ha sido lo correcto”, porque ha dinamizado la economía y terminaría el año con un crecimiento entre 9 y 10 por ciento.

Nuevo sistema previsional

Tal como lo dejó en evidencia la pandemia, Chile carece de un sistema de seguridad social. Y frente a la crisis tan grave que provocó el Covid-19, la mayoría debió echar mano a sus ahorros, fondos previsionales o seguro de cesantía para hacerle frente.

Gabriela Flores, presidenta de Confusam, afirma que ante la negativa del Gobierno de apoyar a las familias chilenas en los primeros meses de pandemia, no quedó más alternativa que respaldar el primer retiro del 10 por ciento.  Pero que seguir sacando los fondos  es un arma de doble filo porque va menguando los recursos que debiesen ayudar a sustentar un nuevo sistema de pensiones en el país.

Carolina Espinoza,  dirigenta nacional de Confusam y vocera No más AFP, agrega: “tuvimos que respaldar el primer retiro como una medida de emergencia ante la orfandad en que nos dejó el gobierno con la falta de medidas de apoyo a la familia”. Lamentablemente, indica, los sucesivos retiros han seguido la misma lógica de ausencia de un sistema de seguridad social “y es un camino que se rechaza porque no puede reemplazar la carencia de una política pública que debió implementar el gobierno de Piñera”.

Carolina Espinoza

Señala que el cuarto retiro se da en un escenario de riesgo de inflación y de consecuente devaluación de los fondos previsionales,  afectando sobre todo a quienes están jubilados o cerca de jubilar. Dice Carolina: “Los fondos han caído estrepitosamente, el E ha perdido un diez por ciento producto de los retiros efectuados y existen, por lo menos, 4 millones de personas que no tienen fondos, por lo que la ayuda no llegará a los más necesitados”.

Añade que en el marco del proceso de una nueva Constitución,  contar con un nuevo sistema no será rápido y se requieren soluciones urgentes para las y los actuales pensionados. Sin embargo, advierte, que seguir con los retiros dificultará establecer una seguridad social que asegure una vejez digna a la población.

Finalmente, Manuel Gajardo enfatiza que para hacer frente a la crisis, se deben seguir entregando ayudas pero solo a las familias que lo requieren, “con cargo en el corto plazo a impuestos al patrimonio y  a los ingresos extraordinarios que genera el sobreprecio del cobre. Y, en el largo, con una reforma estructural al sistema tributario que cuente con los fondos que tienen las actuales AFP”, concluye.