Pese al cambio de  liderazgo comunal, la situación no ha mejorado para las y los trabajadores de atención primaria en Tiltil. Afusalud sigue denunciando graves vulneraciones a sus derechos, con el agravante que ni siquiera son recibidos por el alcalde Luis Valenzuela para plantearlas.                                  

A sesenta kilómetros al norte de Santiago, se encuentra Tiltil. Aunque la distancia es escasa con la urbe más moderna del país, las condiciones en que trabaja el equipo de salud comunal hacen recordar los inicios de la municipalización. Cuentan con una directiva de asociación base luchadora que debe pelear una a una cada arista de los abusos que se registran en la comuna.  Pero son tantos que no solo impactan en los trabajadores, también en los pacientes.

Dirigentas de Afusalud

Se esperaba que el nuevo periodo alcaldicio trajera aires positivos a quienes día a día entregan salud en esta comuna rural. Sin embargo, hace años que la carrera funcionaria no es mejorada, siendo la más precaria en el sector norte de la Región Metropolitana, denuncia la dirigenta Gabriela Álvarez. Como si fuera poco, sí hubo mejoras salariales en 2021, pero solo para la plana directiva, “el resto seguimos esperando”, indica.

Hace cuatro años que no les entregan uniforme; los descuentos a funcionarios para pagar créditos no se remiten a las instituciones y hay avisos de embargos; las cotizaciones no están al día, lo que afecta en mayor grado a quienes desean acceder a su incentivo al retiro.  La Corporación tampoco ha entregado capacitaciones en años, la última de ellas fue conseguida por la propia Afusalud con el Servicio. Además, no opera el comité paritario pese a la insistencia de la asociación base.

Los casos más graves de vulneraciones afectan al personal de aseo. No disponen de materiales para su tarea y deben echar en cajas los desechos;  tampoco cuentan con lavadero y utilizan un balde en el patio, expuesto a los rigores del clima. Ni siquiera se les facilita un carro para el traslado de sus herramientas de trabajo.

En cuanto a las condiciones del recinto de salud, comenta Gabriela que los extintores están vencidos hace tiempo; que el internet es tan deficiente que los  funcionarios trabajan con el de sus celulares, y solo tienen celular prepago para llamar a pacientes. Cuando a este se le acaba la carga deben recargar de sus bolsillos y pedir reembolso.

Sin embargo, la Corporación mantiene convenios con universidades privadas que pagan 4UF mensuales por alumno, “ellos usan nuestros materiales y espacios, sin que sepamos en que se invierten los recursos que cancelan”, añade la dirigenta. En estos momentos, habría unos 15 estudiantes en práctica.

Otra prueba de la precariedad en que laboran, ocurre en el baño al lado del comedor, el cual es usado para almacenar combustible para el generador. “Es peligroso por la posibilidad de incendio, pero además es un foco de contaminación”, comenta Gabriela agregando que fue fiscalizado por la seremi de salud el 2 de mayo constatando irregularidades.  Y qué decir de las ambulancias y vehículos de traslado del personal,  “las ambulancias se encuentran sin mantención y su documentación vencida. El 25 de abril se informó a todas las autoridades correspondientes de esta grave situación sin que hasta ahora se haya subsanado”, concluye la dirigenta.