La Superintendenta de Seguridad Social, Pamela Gana, destaca que la Ley Karin debe ser vista como una oportunidad para cambiar el paradigma de las relaciones laborales.

 -¿Cuál es el rol de la Suseso en la Ley Karin además de crear un protocolo?

-La Ley Karin marca un hito importante en el cambio de paradigma de las relaciones laborales, que es el trato digno libre de violencia y acoso laboral y sexual. La ley dio roles a distintos actores, y uno de los instrumentos más importantes es el protocolo preventivo. Una cosa es establecer mecanismos, sanciones o investigaciones, pero lo central es la prevención. Como nuestra labor está enmarcada en la seguridad social, la ley nos encomendó dar las directrices para ese protocolo preventivo y decidimos sacar uno tipo.

 -¿Qué hará la Suseso una vez que las mutuales hayan difundido ese protocolo?

-Las mutualidades tienen que dar asistencia técnica a las organizaciones empleadoras para que desarrollen estos protocolos, además, tienen la obligación de dar atención psicológica temprana. Por tanto, nuestro rol va a ser fiscalizar cómo se están entregando esas atenciones, también monitorear cómo hacen su rol de asistencia y cómo se aplican las medidas correctivas acordadas.

La Dirección del Trabajo debe fiscalizar que las empresas tengan el protocolo y que sea parte de su reglamento interno, pero -por otra parte- está la fiscalización del rol de la mutualidad. Si estas ven que no existe protocolo, deben decirlo y se debe aplicar. Esa es nuestra fiscalización a la mutualidad, porque no tenemos facultades para fiscalizar al empleador.

-¿Ha advertido preocupación en empresas y jefaturas en relación a la aplicación de esta ley?

-Las leyes siempre generan un nivel de expectativa y más que una amenaza o un cumplimiento legal, se debe ver como una oportunidad. Esto es importante enmarcarlo en un paraguas más grande como es la gestión de la salud mental y, desde ahí, en la seguridad y salud en el trabajo y seguridad social.

El 2023, el 68 por ciento de las enfermedades laborales fue por salud mental, y generaron -en promedio-, 43 días de ausentismo. Además, el 80 por ciento de esas enfermedades fueron provocadas por hostigamiento, por carga laboral y por conflictos. La violencia y el acoso en el trabajo se materializa y se hace visible porque existen riesgos psicosociales mal gestionados.

-¿A qué nos referimos con riesgos psicosociales?

-La salud mental depende de hartos elementos y el trabajo es central porque estamos más de 8 horas en él. Los factores psicosociales laborales son las condiciones organizacionales que pueden dañar a un trabajador, pero si son bien gestionadas pueden ser un factor protector. Por ejemplo, la gente que trabaja en colegios con niños vulnerables vive casos muy complejos, pero tienen un factor protector al saber que están dando educación y oportunidad a esos niños.  Ahora, cuando son mal gestionados repercuten en acciones de acoso o de violencia.

 -¿Cómo se gestionan esos riesgos para evitar que se llegue al acoso?

Se sigue la misma metodología para cualquier riesgo, esto es, primero identificar que existe. Por ejemplo, si hay trabajadores que tienen una tremenda sobrecarga laboral y hay otros que tienen menos, entonces la medida preventiva puede ser poner -transitoriamente- a esos otros a suplir parte de las funciones. Si identifiqué el peligro, el riesgo es que esa gente se funda trabajando y termine con licencia médica. Entonces, la medida preventiva es suplir con otros o decir como la carga de trabajo no está bien distribuida, hagamos perfiles de cargos donde quede claro qué hace cada uno. Esas medidas después tienen que tener un seguimiento.

Creemos que no gestionar los riesgos psicosociales es la base para que se materialicen las acciones de violencia y acoso. Llevamos años pregonando su gestión a través del protocolo de vigilancia del Ministerio de Salud y de la aplicación del cuestionario CEAL-SM para evaluar ambientes laborales en salud mental. Este tiene las herramientas para identificar esos riesgos de sobrecarga, de mal liderazgo, de exigencias emocionales y también de violencia y acoso.

Hemos plasmado en nuestra circular del protocolo que para ver cuáles son esos riesgos, se parta de la evaluación CEAL-SM. Pero, además, decimos: `miren los resultados de siete preguntas sobre violencia y acoso, si alguien responde sí en una de estas, enfóquese en ese como su riesgo más que en otras dimensiones´.