Al momento de ser presentado el presupuesto 2025 al Congreso, solo los más entendidos advirtieron que el monto del per cápita de salud aparecía encubierto. La cifra entregada no fue el basal, incluyó -sin señalarlo- los indexadores de ruralidad, pobreza y zona, o sea, se infló su valor. Eso no hizo presagiar nada bueno y, así fue, ya que las y los parlamentarios preocupados por las listas de espera hospitalarias aceptaron congelar el financiamiento de la atención primaria para el próximo año.
El per cápita quedó de esta manera en $11.794 (sumando IPC), lo que tendrá una pequeña corrección al alza cuando se conozca el porcentaje de aumento de remuneraciones para el sector público.
Ese valor resulta muy preocupante para Confusam, ya que la organización planteó al Parlamento un plan de aumento de tres años para cerrar la brecha. Esta propuesta implicaba que en 2025 llegase a $12.960 y, en 2027, a $15.680, lo que claramente no fue escuchado.
En ese sentido, la presidenta de Confusam, Gabriela Flores, advierte que este “congelamiento” del presupuesto tendrá graves consecuencias para los más pobres del país, sobre todo en zonas rurales y extremas.
La dirigenta afirma que es un contrasentido que se plantease priorizar la atención primaria con la Universalización bajo el actual mandato y esto no se cumpliese. Por ello, remarca que este “sacrificio al que se somete a la APS para paliar la deuda hospitalaria, implicará un desfinanciamiento de la salud municipal, recayendo en los gobiernos locales la enorme presión de tener que brindar salud a un mayor costo con el mismo presupuesto que el año pasado”.
Entre las consecuencias, indica que habrá mayor carencia de insumos y medicamentos, disminución del recurso humano y de la oferta de horas de atención afectando gravemente la vida y la salud de las personas con menores recursos.
Nuevas gestiones
Por su parte, el vicepresidente de Confusam, Cristian Rodríguez, expresa que hubo un acuerdo en la Cámara de Diputados y Diputadas para revisar los indexadores durante el segundo semestre del 2025, lo cual podría mejorar levemente la situación- aunque no para el próximo año-, ya que podría introducir mayor equidad, aunque no soluciona el problema de que el per cápita basal sigue siendo totalmente insuficiente.
Agrega, asimismo, que como estrategia la organización iniciará a partir de marzo, un trabajo de sensibilización con los congresistas, sobre la brecha del per cápita y la propuesta de cierre en tres años que hicieron y que no fue considerada.
En ese sentido, indica que plantearán que tal como el Parlamento negoció con el colegio médico cerrar las listas de espera, “queremos un plan similar para la atención primaria”. Lo anterior, añade, es producto de la diferencia que existe entre el cálculo del gasto en recursos humanos que hace el Ministerio de Salud y la realidad en las comunas que no ha sido considerada; también se necesita que se tomen en cuenta las necesidades reales de la APS, sobre todo en materia de infraestructura, para ir proyectando el presupuesto del 2026.
Argumenta Cristian Rodríguez que las y los alcaldes tendrán “la responsabilidad de inyectar mayores recursos al nivel primario el próximo año, porque el aporte estatal no será suficiente”. Por ello, alerta a las nuevas autoridades de que enfrentarán un difícil panorama por no contar con financiamiento suficiente para brindar salud en sus territorios.
Por último, hizo un llamado a dar esta pelea de mayor presupuesto unidos con la Asociación Chilena de Municipalidades, ya que “el peso de la diferencia del per cápita recaerá sobre los presupuestos municipales y quienes terminarán pagando las consecuencias serán los usuarios y los trabajadores de la atención primaria”.