La ex presidenta de la Convención Constitucional, María Elisa Quinteros, concurrió a la sede de Confusam para dialogar con la Comisión de Jóvenes. En esa oportunidad, aprovechamos para conocer sus impresiones sobre el proceso vivido y lo que viene.

-¿Qué sientes después de un año de trabajar desde la Convención para transformar este país?

-Sigo sintiendo la misma convicción  por la que salí a marchar el 2019,  buscando cambios. Esa convicción se ha mantenido todo este proceso siendo constituyente o asumiendo la presidencia. Ella me ha permitido levantarme todos los días pese al cansancio y a la exposición mediática, que ha sido muy dura para una persona introvertida como yo.

Reconozco el tremendo esfuerzo que hizo la primera Mesa en levantar todo para que recibiéramos una orgánica instalada y pudiésemos sesionar. Valoro mucho el espíritu de trabajo de las y los convencionales que se mantuvo  pese a la adversidad;  en las sesiones en la  noche con alegría; algunos cantando. Eso me llena de esperanza porque es el espíritu de nuestra sociedad, de mucho trabajo y de esfuerzo. No es romantizar la autoexigencia que hemos tenido, pero es un compromiso muy grande y eso se valora.

-Y cómo trabajadora de la salud,  ¿Qué opinas al ver que la salud tiene la oportunidad de transformarse en un derecho?

-Es notable. Es algo que todos los que trabajamos en salud, sobre todo en la salud pública,  anhelamos desde  el retorno a la democracia. Cuando votamos este artículo que es una construcción colectiva -con asociaciones de pacientes y organizaciones de salud-, para mí fue muy emocionante. Además, como estudio y trabajo en investigación relacionada con ambiente y salud, y con determinantes sociales y salud, es como estar dejando las bases para que sigamos construyendo después un sistema sanitario que dé respuestas  a las necesidades de la población, y que -realmente- la atención primaria de salud pueda migrar a este enfoque preventivo y promocional que es tan importante.

-¿Crees que con la campaña que ha hecho el rechazo pueda permear a la población chilena con su opción?

-Creo que el rechazo es una opción legítima. Sin embargo, cuando se empieza a tergiversar, a mentir y a emitir noticias falsas, ya cruzamos el límite de lo éticamente permitido.  No puede una opción influenciar en base a mentiras la opinión de las personas.  Aun así, veo cómo las comunidades se están organizando  para informar y las y los actores claves de la comunidad tenemos un compromiso muy grande al respecto. Creo que el miedo no puede jamás  ganarle a la esperanza, a lo que estamos construyendo porque ni siquiera es para nosotros, es para las generaciones que vienen. Entonces,  tenemos que pensar  y trabajar con ese sentido de justicia.

-¿Consideras que los convencionales se fortalecieron durante este tiempo?  

-Sí, creo que estuvimos fuertes. Se nos criticó mucho por mantener una postura consistente. Creo que fuimos aprendiendo también de los errores, hubo harta presión mediática, del poder económico; resistimos pese a que todo fue cuesta arriba y hubo muchas barreras. Sin embargo, lo importante no somos nosotros es la nueva Constitución.  Nosotros volvemos a nuestras vidas, pero la propuesta queda para ser sometida a deliberación del país.

-¿Cómo te imaginas el 5 de septiembre?

-Voy a estar en Talca. Espero estar muy tranquila con el sentido de misión cumplido y celebrando…