En total abandono por parte del Gobierno se encuentra la gestión de la salud bajo pandemia. Confusam ha denunciado en las últimas semanas que, a pesar de que la variante Omicron produce menos muertes y ocupación de camas críticas, la atención primaria está colapsada por consultas respiratorias; toma de PCR; vacunación y por disponer de menos personal por encontrarse enfermo o en vacaciones. Ahora, se sumaron masivamente las y los alcaldes a este reclamo.
Ya son dos años de crisis por Covid-19 y de constante conflicto con autoridades que -desde un inicio- se concentraron en disponer de camas críticas y respiradores para controlar la pandemia y no en fortalecer la atención primaria. Hoy, bajo la variante Omicron que -por lo sucedido en Africa, Europa y Estados Unidos-, ya conocemos su alto nivel de contagio, el Gobierno de Piñera vuelve a apostar por manejar la nueva ola, esta vez mediante la vacunación masiva. Y se vuelve a equivocar.
La presidenta de la Confusam, Gabriela Flores es categórica frente a lo que se está viviendo: “Solo nos queda resistir este tiempo, esperando que el próximo Gobierno de Gabriel Boric tome las decisiones adecuadas para resguardar a la población”, dice. En ese sentido, ya solicitó una reunión con la próxima ministra de Salud, Begoña Ayarza, que se concretaría la primera semana de marzo. Esperan darle a conocer las dificultades, prioridades y desafíos que enfrenta la APS.
Por su parte, el salubrista Ricardo Fábrega, afirma que al estar de salida el Gobierno de Piñera, la actitud que ha adoptado frente a la pandemia, “es una especie de rendición, pero también un exceso de confianza” producto de la masiva vacunación. En ese sentido, lamenta que “nunca hayan visto el ausentismo laboral o a los miles de enfermos”.
A su vez, la dirigenta de nuestra organización enfatiza que la atención primaria no está dando abasto porque la población está acudiendo masivamente a los centros de salud. Ello resulta muy preocupante, prosigue, porque todavía no se ha llegado al peak de contagios que se espera para la primera quincena de febrero.
Denuncia, asimismo, que las autoridades de salud han tomado decisiones erradas para enfrentar la variante Omicron, como que los contagiados hagan su propia trazabilidad o disminuir de 14 a 7 días el cuidado de la salud de los enfermos. Complementa Fábrega afirmando que nunca se quiso montar un sistema de seguimiento en serio, “porque eso implica entregar recursos no despedir personal”. Añade que está bien que las personas asuman responsabilidades sobre su salud, pero “el Gobierno debe hacer su aporte manteniendo la trazabilidad para evitar más contagios y empoderar a la APS, no se puede confiar solo en la vacuna porque no es infalible”.
Podrían faltar EPP
Además de la gran demanda de atenciones, Gabriela Flores expresa su preocupación de que si no se refuerza la atención primaria con recursos económicos, podrían faltar elementos de protección para las y los trabajadores. Cuenta que en la comuna de El Monte se indicó a los funcionarios que debían llevar sus propias mascarillas. La dirigencia local presionó al alcalde para que cumpliera con su deber, pero es una alerta de lo que podría ocurrir. También, agrega que han aumentado las agresiones en los centros de salud y que están exigiendo que los empleadores las denuncien, porque “no podemos permitir que se siga golpeando a los integrantes del equipo de salud”.
Por último, Ricardo Fábrega comenta respecto a un posible fin de la pandemia que en Europa creen que con esta ola tendrán inmunidad, “ojala sea así, pero lo que hemos aprendido es que no se puede asegurar nada. Chile ha pagado en vidas y tenemos una alta mortalidad acumulada”, señala. Quien también es consultor de OPS, concluye que durante 2022, por nuevas olas Covid o por tener que responder a los efectos de atenciones postergadas, “el sistema de salud seguirá en emergencia”.