Cuarenta fueron los socios y socias de Confusam que perdieron sus hogares en el reciente incendio en Viña del Mar. A cada uno, la organización les aportó con casi 800 mil pesos del Fondo Solidario a lo que se sumará lo obtenido en la Lucatón. De esta manera se demuestra una vez más que el socorro mutuo sigue siendo un valor base indispensable en nuestra organización.
Desde hace un siglo medio que las y los trabajadores se comenzaron a agrupar en el país para socorrerse y brindarse apoyo ante accidentes, enfermedad o muerte a sus afiliados. De forma solidaria, las mutuales y sociedades de socorro mutuo reunían cuotas con ese fin, en tiempos en que no existía legislación laboral y el abuso de los patrones era total. Dando continuidad a ese objetivo, Confusam, ya hace nueve años estableció su Fondo Solidario para ir en ayuda de quienes perdieran su hogar en un siniestro, “recuperando esa relación del mundo sindical con la solidaridad como un valor de trabajo colectivo”, afirma el secretario general, Marcos Vargas.
Este Fondo -que partió con $20 mensuales de aporte por cada trabajador o trabajadora en 2015- es entregado por las federaciones a la Nacional. En sus inicios, recuerda el dirigente, alcanzaba para cubrir un promedio de tres casos mensuales. Sin embargo, a medida que el cambio climático se agudiza: incendios, inundaciones y relaves afectan cada vez a un número mayor de personas y los recursos se hacen insuficientes. Solo la reciente tragedia de Viña agotó la plata de todo 2024 a pesar de que el aporte se elevó a $100.
Plantea Marcos que se requiere pensar en un nuevo mecanismo o elevar nuevamente el aporte para seguir apoyando a las y los afectados. Además de lo anterior, indica que no todas las federaciones están al día y eso podría redundar en que si un socio de alguna de ellas lo requiere, no se lo pueda apoyar.
Agrega que este año monitorearán el desempeño del Fondo buscando mejorar la respuesta de la organización ante las necesidades. Eso sí, destaca, que es muy rápida la obtención del beneficio: basta que la federación respectiva presenta el caso con un informe social o el certificado de bomberos y se entregan los recursos que permiten pagar el arriendo de un par de meses mientras se reconstruye lo perdido.
Una larga tarea en la Quinta Región
“Prácticamente no hay nadie en Viña que no tenga un familiar o un amigo al que se le quemó la casa”, de esta manera resume Fabricio González, presidente de la Federación Quinta Histórica, el drama que se continúa viviendo en la Región. Afirma que de los 40 socias y socios de Confusam que perdieron sus hogares, ninguno sufrió quemaduras, pero sí hubo algunos con familiares fallecidos.
Los afectados pertenecen a cinco comunas de la zona: Viña, Quilpué, Villa Alemana, Con Con y Valparaíso, lo que implicó un gran desafío a la Directiva de la Federación para dar rápida respuesta.
Lo primero, dice el dirigente, fue hacer un catastro y luego visitar centros de salud para conocer su estado, como el Dr. Juan Carlos Baeza cuyo perímetro se quemó. “Hicimos el barrido completo y luego nos coordinamos con la Nacional, para entregar ayuda y estamos esperando el resultado de la lucatón para dar nuevos aportes”, señala. También condonaron la cuota sindical de febrero a las bases de las comunas con socios siniestrados para que los ayudaran directamente. A la vez, llevaron a una ingeniera en construcción civil para que evaluara daño en algunas viviendas y pusieron una querella criminal contra quienes resulten responsables. Paralelamente, se coordinaron con las direcciones de salud para que se entregaran facilidades a las y los trabajadores.
Por ahora, indica, que Viña parece en estado de guerra con el personal de atención primaria desplegado en la zona cero. Añade que, si bien, no hay plagas, es sabido que después de los incendios forestales los animalitos se acercan a las viviendas y como estas también se quemaron, están yendo hacia las poblaciones colindantes, las que tienen problemas de ratones y pulgas. Por ello, es importante que se termine pronto con la limpieza.
Pasada la urgencia, Fabricio González dice que los desafíos tendrán que ver con reestructurar la red sanitaria. Aún no ha decantado la población que vive allí aumentada por el voluntariado y familiares que están ayudando. Luego que esto ocurra, deberán recaptar a los usuarios, así como a los pacientes crónicos y compensarlos.
Además, deberán reforzar la atención de salud mental, “porque la afectación será importante y el refuerzo de esa estrategia debiese ser prioritario. También – dice- nos estamos preparando para el chaparrón de licencias médicas; tenemos una reunión con el servicio de salud porque el refuerzo se va a necesitar”.
Finalmente, indica que como organización quieren participar del Comité de Emergencia Regional en el tema sanitario, “porque como como trabajadores de salud tenemos harto que decir sobre la reconstrucción y las necesidad de la población”, puntualiza.