Se supone que la experiencia debiese evitar que repitamos errores. Sin embargo, bajo esta nueva ola de Covid vuelven a reabrirse Unidades de Observación Prolongada en la atención primaria en distintas partes del país, sin contar con las condiciones indispensables para realizar hospitalizaciones.
“Seguimos improvisando después de un año de pandemia”, afirma la dirigenta de la Afusam de Conchalí, Gissel Vera. Enfatiza que se continúa funcionando sin protocolos emanados desde el Ministerio de Salud ni condiciones de infraestructura, por lo tanto cada comuna opera como quiere.
“Estamos igual que en 2020, tapando el colapso del hospital San José y hospitalizando en camillas”, expresa. Señala que nuevamente el cescof Lucas Sierra debe dejar de atender a la población cercana e ingresar pacientes con Covid a la espera de que se abran cupos en algún recinto hospitalario.
El problema de fondo, añade, es que no se dispone de las condiciones para realizar dicha tarea. Esto, a pesar de que un video promocional de la municipalidad, indica que es un lugar “seguro y acogedor”, pero claramente esas no son prioridades en una hospitalización.
Para la alimentación, los familiares de comunas más lejanas, deben depositar en una cuenta para que se les compre almuerzo en los alrededores o ir a dejarles comida si viven cerca. Como tampoco está solucionado el tema de lavandería, comenzaron entregando unas frazadas para hacer frente al frío, pero ya no tienen; ahora, deben traerla los pacientes. Lo más complejo ocurre si se agrava su estado. En esos casos, deben hacer el traslado al hospital ya colapsado y que allí se hagan cargo de la situación.
Sobreexplotación laboral
Gisel cuenta que tanto las atenciones de salud como las vacunaciones están siendo usadas con fines electorales por el alcalde René de la Vega. Por una parte, afirma ha llamado a que todos y todas concurran a vacunarse sin importar la edad o si son de la comuna, contraviniendo las pautas ministeriales y recargando aún más a los vacunadores. Tampoco se respetan los turnos de dos semanas y una de descanso acordados con los funcionarios, ya que muchas veces les pasa, que al finalizar el periodo se les avisa que deben volver el lunes siguiente por falta de personal.