La buena gestión de una organización no solo implica que los líderes tengan un excelente desempeño, también que las finanzas sean transparentes y que se haga un uso adecuado de los recursos que aportan todos sus integrantes. Esta última tarea está cargo del tesorero y su función es tan indispensable como la de sus fiscalizadores: la comisión revisora de cuentas.
Elda Flores, de la VIII BioBío; Paula Vargas de Lago Llanquihue y Wilfredo Neyra, de Confusam Atacama, fueron los dirigentes de federaciones elegidos para revisar los ingresos y gastos de nuestra Confederación, acompañando la gestión económica de la actual directiva.
De apenas haberse visto en las asambleas, desarrollaron un profundo lazo de confianza: “que es muy necesario para fiscalizar y validar el uso de los recursos de la organización”, dicen.
No les fue fácil iniciar su tarea, recuerdan. Intensas jornadas hasta las 2:00 AM les demostraron que debían sugerir al Directorio cambios profundos en los procedimientos. Entre estos: contratar nuevo contador; incorporar una secretaria y utilizar una serie de planillas que permitieran mayor transparencia en la rendición de gastos. Se trataba de profesionalizar la función de tesorería, ya que si bien Confusam había crecido, la contabilidad no estaba al mismo nivel.
Cuentan que en los primeros meses de su mandato, las y los máximos dirigentes entregaban sus boletas en una bolsa plástica: “Rendían de esa forma y eso no es correcto; todo debe ser ordenado en una planilla explicando cada gasto para que el tesorero cancele”, expresa Elda Flores, presidenta de la Comisión.
Destacan que el aporte de Paula Vargas, profesional del área contable, fue fundamental. Se crearon planillas para reunir la información, también disponen de notebook, archivadores y corcheteras, porque cuando llegaron no había implementos para cumplir su labor. Asimismo, sugirieron al tesorero nacional, Claudio Jiménez, que capacitara a presidentes y tesoreros de federaciones en herramientas contables y se entregaran las planillas en formato digital para apoyar la gestión local. De esa manera, se buscó disponer de un lenguaje común en la organización en esta materia.
Si bien los informes deben ser trimestrales, 2020 recién lo entregaron el 25 de junio de este año producto de la pandemia. Y hubo una conclusión obvia: los gastos se redujeron porque las comisiones no pudieron trabajar, tampoco se realizaron CDN presenciales. Ya tienen listo el informe del primer semestre de 2021, el cual se presenta en el CDN y se envía a todas las federaciones para que lo difundan.
“Fiscalizamos el trabajo del tesorero y de todo el directorio”, señala orgullosa la comisión revisora. En ese sentido, expresan sus integrantes con satisfacción que la asamblea los aplaudió la primera vez que dieron un informe completo de los gastos de los dirigentes nacionales: “Nunca se había hecho, pero no hay que tener miedo a transparentar. La buena gestión dirigencial debe estar apoyada económicamente, no hay que silenciar en qué se ocupan los recursos económicos de la organización”, afirma Wilfredo.
Y concluyen: “Tenemos la obligación ética de resguardar los recursos del gremio. Cada gasto que revisamos y validamos fortalece la imagen que las bases tienen del Directorio Nacional, la credibilidad en nuestros dirigentes es fundamental, porque es la credibilidad de Confusam”.