En 2018 se inauguró el Hospital Carlos Cisternas de Calama, después de un periplo de ocho años en que su construcción fue interrumpida durante el Gobierno de Piñera (2013) y retomada bajo Bachelet (2015). El recinto vino a reemplazar al antiguo centro de salud que se hizo insuficiente para satisfacer la demanda de la población. Lamentablemente este quedó abandonado y sin destino, pese a la evidente necesidad de establecimientos sanitarios en la comuna.
Con 196 mil habitantes según el último censo, Calama solo dispone de 4 cesfam los que se encuentran más que sobrepasados en sus requerimientos. “Las y los trabajadores de atención primaria hacen salud pública como pueden porque no hay espacio para atender”, denuncia preocupada la presidenta de Confusam II Región, Liliana Araya.

Liliana Araya
Pese a lo anterior, el hospital antiguo -construido en 1964- quedó abandonado y continúa deteriorándose desde hace siete años. Obviamente, en una zona con alta migración, lo primero que ocurrió es que fue ocupado con decenas de rucos en su interior y debió ser desalojado e instalado un cierre perimetral.
De acuerdo a los antecedentes, el recinto se planificó demolerlo porque tenía daño estructural. En 2021, el Servicio de Salud de Antofagasta informó que sería derribado al año siguiente, para edificar un centro para atención dental, mental y de urgencia.
Tres años después el hospital sigue allí “abandonado y convertido en un basural, sus vidrios están quebrados y es un foco de potencial delincuencia”, señala la dirigenta regional, quien comenta que es un lugar insalubre plagado de ratones que, incluso, se pasan a las edificaciones vecinas.
Nuevo compromiso de demolición
A raíz de que se reactivaron los reclamos, el servicio de salud nuevamente comprometió su demolición para lo cual llamaría a una licitación este año. La idea sería dejar listo el terreno para luego convocar a la construcción de un CDT con una unidad de emergencia, servicio de medicina física y dental y un centro comunitario para salud mental; también contaría con una base para el Samu. Esto se levantaría, según señaló el delegado presidencial, “con el esfuerzo del Servicio de Salud de Antofagasta y el Gobierno Regional quienes han asegurado el financiamiento necesario”, expresa Liliana.
La dirigenta lamenta el atraso en el proceso de demolición y proyecta que si este se cumple, podrían tener recién un CDT el 2030, siendo que “las necesidades las tenemos ahora y no en seis años más”. Comenta, asimismo, que en pandemia se comenzó a edificar un nuevo centro de salud familiar, Surponiente, pero “la constructora quebró y quedó botado”. Enfatiza que la comuna tiene un serio problema de infraestructura y que una solución podría ser reacondicionar el hospital para usarlo mientras se termina de construir el cesfam abandonado. “El criterio debiese ser reutilizar porque para demoler ni siquiera hay fechas”, concluye.