La sicóloga y musicoterapeuta Sandra Mora, entrega herramientas para abordar de manera positiva este proceso de grandes transformaciones y exigencias que ha presionado fuertemente a todos y todas durante la pandemia.
Sandra explica que hoy estamos interpelados en nuestra totalidad: “En el cuerpo porque hay un virus que nos ataca, pero también en las emociones y en lo espiritual. La pandemia nos ha colocado un disco pare para señalar que algo no andaba bien con la forma de vivir y nos impulsa a un cambio”.
En ese sentido, cita al sicólogo británico Paul Gilbert y su teoría de regulación de los sistemas emocionales. Uno, el de amenaza y defensa nos lleva a desarrollar estrés para enfrentar los cambios y preservar la vida; opera mediante la adrenalina y el cortisol: “Es el estrés bueno y el otro, el distrés, es esa manifestación sobreexagerada que nos enferma”. Señala la profesional que hoy respondemos desde la amenaza y defensa, “la gente tiene miedo al covid y está obligada a cambiar su estilo de vida. Eso es estresante porque siente que ya no controla su existencia”.
También está el sistema del hacer que permite proyectar, planificar y percibir logros atenuando la alerta. El tercero, es el del ser y se expresa en las relaciones interpersonales, el amor y el autocuidado, en todo aquello que podemos hacer para alcanzar una mejor calidad de vida. “Allí, se inserta la sicología positiva que aborda al ser humano desde sus recursos y sus fortalezas”.
Dicho lo anterior, invita a las y los funcionarios de la salud a identificar sus recursos personales, a repasar esas habilidades que seguramente siendo pequeños practicaron y luego abandonaron. “Ejercer como médico o tens es solo una parte de la vida, siempre es importante dejar un espacio para el ser, porque damos espacio al autocuidado”. En pandemia existen muchas limitantes -indica- sin embargo, es posible buscar o reencontrarse con aquello que nos hizo bien: la lectura, las artes, las manualidades.
La comunidad: el soporte
Añade Sandra Mora que los seres humanos somos entes sociales y eso tiene que ver con las relaciones no con la distancia. En ese sentido, si previo a la pandemia las relaciones eran cara a cara hoy lo son por whatsapp, teléfono, video conferencia “pero igual seguimos comunicándonos”. Remarca que la comunidad es el soporte, que los vínculos no se deben perder y se requiere recurrir a ellos cuando se esté pasándola mal. Asimismo, recomienda apoyarse en aplicaciones de mindfulness, meditaciones, técnicas de relajación, talleres gratuitos o capacitaciones para seguir adelante.
Destaca la profesional que el personal de salud ha sido interpelado fuertemente a darlo todo en este periodo. Por ello, lo importante es que tenga la convicción y la voluntad para invertir día a día en su salud, en cuidarse para cuidar: “Cada persona tiene en sus manos la posibilidad de mejorar su calidad de vida indistintamente del entorno. En este parar obligado que ha provocado la pandemia, estamos siendo llamados a ver con qué salimos; dependerá de cada uno darse tiempo para conocerse e identificar qué anhela y qué le haría bien”.