Hace 40 años que la dictadura municipalizó los consultorios con el objetivo encubierto de privatizarlos. Después de grandes luchas por volver al nivel central, finalmente, las y los trabajadores organizados -primero en la Coordinadora luego en Confusam-, se hicieron parte activa de este proceso. Hoy, se avanza hacia una mayor descentralización con la elección de gobernadores y con el municipio constituyéndose en un espacio real de poder y participación ciudadana. Desde esa mirada, la atención primaria municipal debiese ser uno de los puntos de partida para mejorar las condiciones de vida de la población.
“La atención primaria municipal ha alcanzado un nivel reconocido en términos de su carácter multidisciplinario, cobertura territorial e integralidad, con prestaciones que cubren distinto nivel de necesidades a lo largo del ciclo vital”, expresa el salubrista y asesor de Confusam, Bernardo Martorell. Agrega que, si bien, tiene áreas deficitarias, estas pueden ser mejoradas y potenciadas.
Enumera entre sus fortalezas que es precisamente su condición de municipal, la que ha permitido su desarrollo y florecimiento. Remarca que en los años noventa había alrededor de 300 consultorios y hoy -sumando cesfam y cescof- se han triplicado los centros; que en 1997 se disponía de un per cápita de mil pesos y ahora está por llegar a los nueve mil, sin considerar los programas de reforzamiento.
Este avance, a su juicio, se produce porque está “blindada del hospitalicentrismo” y no puede ser absorbida por la visión que tienden a tener los sistemas de salud, de resolverle problemas al nivel terciario. Recuerda, por ejemplo, que mientras fue Director de la División de Atención Primaria, había una permanente presión para cubrir deuda hospitalaria con recursos que les quedaban de programas y no para reinyectarlos a la APS.
Además, destaca que ha contado con el apoyo político de alcaldes y concejales que todos los años presionan por un mejor financiamiento. Indica el profesional que estos ya son parte del sistema de salud y que ejercen un rol activo en defenderla y en potenciar su desarrollo.
Resalta, asimismo, su enorme fuerza innovadora: “los municipios siempre prueban soluciones diferentes y se genera una innovación permanente”. Claro está, reconoce, que al Ministerio de Salud le ha faltado capacidad para rescatar, difundir y financiar las buenas prácticas y que debiera avanzar hacia allá.
Insiste en que su vínculo territorial y comunitario, le ha dado una gran resiliencia al sistema de salud, al permitirle responder desde lo local a desastres naturales, crisis económicas y sanitarias, entre otras.
Deficiencias que deben mejorarse
Entre los aspectos que deben potenciarse, señala en primer lugar: lograr la implementación efectiva del modelo comunitario de salud integral. Menciona también que existe un desarrollo heterogéneo de la APS, ya que “hay comunas muy pequeñas, rurales sobre todo, con poca capacidad de gestión”. Indica que en esos casos podría evaluarse que se asocien en un distrito más amplio.
La alcaldización también le ha jugado en contra. Remarca que se podrían incorporar nuevos actores -incluida la ciudadanía organizada- en la definición de las autoridades locales de salud “de manera que la decisión no solo sea del alcalde”. Añade que los ciclos políticos del municipio, asimismo, generan recambios en las autoridades sanitarias y sugiere que esta situación podría abordarse con la creación de una carrera directiva en salud.
Otro aspecto por trabajar, es el seguimiento de los pacientes cuando son hospitalizados. Explica Bernardo Martorell que la atención primaria debe tener un pie en el mundo hospitalario, “para mantener la continuidad del cuidado de sus pacientes y fortalecer la integración de la red”. Sin embargo, destaca que el diseño de su participación en procesos de hospitalización debe ser muy cuidadoso para mantener la línea divisoria.
Por último, indica que es necesaria una mayor participación vinculante de la ciudadanía en la atención primaria. Esta se puede dar directo en la gestión como consejos consultivos, pero también se da en los procesos políticos al elegir a las autoridades que la gestionan. En ese sentido, destaca, que en la medida que la democracia se vaya profundizando, se tendrá un contacto más cercano con las necesidades de la población en términos de los determinantes de la salud, ya que “los municipios son la oportunidad privilegiada para abordar los basurales, las veredas, jornadas de trabajo, transporte, educación, servicios sociales, vivienda”, entre otros.