Uno de los deberes más importantes de un funcionario público, es el que se relaciona con la verdad, defenderla y protegerla, pues es una virtud fundamental. Para ello existe la transparencia.
Un funcionario público no puede falsear, mentir o torcer la verdad para obtener un beneficio o para enmendar una mala gestión, puesto que la probidad es el centro del ejercicio público, de la confianza y del liderazgo en la comunidad, única forma de producir una conducción efectiva y positiva.
Es impresentable que, en Chile, cuando un funcionario público declara o entrega una opinión que difiere de la autoridad o de las jefaturas en cargos políticos, es sancionado por varias vías, generando así una cultura del silencio cómplice, de negligencias secretas y de mala percepción del servicio público, del Estado y de los gobiernos.
Aunque parezca mentira, y de una manera increíble, quienes se han atrevido a señalar y a declarar en torno a la situación del ex ministro de salud Jaime Mañalich, han sido perseguidos, o separados de su función, despedidos etc.…sin haberse demostrado antes que pudieran haber faltado a la verdad, demostrando así que en nuestro país el solo atrevimiento a develar la verdad es castigado, como si el poder político fuese sujetado en un dogma mas que en la voluntad soberana la cual, por cierto, en estos momentos, es la de reescribir la historia.
Esperamos que, en el Chile del futuro, se pueda acusar o sindicar situaciones poco transparentes sin sufrir las consecuencias que los acusados no sufren y que se equilibre la balanza, pues los justos y los humildes simplemente no tienen derecho ni siquiera a voz.
Acompañamos y apoyamos a la AFUMINSAL en su difícil momento al interior del ministerio de Salud, quienes, como nosotros, organizaciones de los trabajadores de la Salud pública, luchamos por el correcto uso de la información y de los recursos, para defenderla.
Emplazamos al Minsal a entregar toda la información, abrir todas las puertas y de una vez permitir que las instituciones resuelvan, pues para eso se han creado, y con seguridad, esto mejorará la percepción ciudadana y la credibilidad en sus ministerios.
Junto con ello, nos parece sumamente necesario respetar la protección que le asiste a todo funcionario público que haya realizado denuncias, sean estos de planta u honorarios, pues los gestos como el que denuncia la AFUMINSAL solo enturbian y producen aún más dudas sobre la gestión y la protección a figuras políticas por sobre la voluntad de todos y todas.
CONFUSAM