Sábado 1 de agosto de 2020
Como gremio de la Salud Pública y como trabajadores de la Atención Primaria, con más de 2400 funcionarios contagiados y doce fallecidos a causa de la pandemia de Coronavirus, manifestamos nuestro rechazo a los casi nulos anuncios para el sector Salud en la Cuenta Pública 2020 Presidencial, en medio de la peor crisis sanitaria en cien años.
Un discurso que, nos deja llenos de interrogantes y que tiende un velo de incertidumbre sobre el futuro rumbo de la pandemia y de la gestión de la Salud en Chile. En un breve resumen de la tragedia vivida por millones de chilenos desde marzo a la fecha, el Presidente prefirió olvidar los gestos simbólicos más importantes. Es altamente probable que la cifra de muertos se eleve por sobre las 13 mil personas. Sin embargo, era más importante relevar los esfuerzos realizados, medidos en el ranking mundial, que aceptar los errores con hidalguía y parar de hablar por un minuto de silencio en honor a los que murieron en este desastre. No peor hay violencia que negar el dolor de los otros.
Acto seguido, Sebastián Piñera tuvo palabras de agradecimiento para las y los trabajadores de la Salud, que hoy están agotados hasta el extremo, y que anoche esperaron en vano las promesas sobre un refuerzo en las medidas de seguridad con las que realizan su labor y un mejoramiento en las condiciones laborales, que tienen a nuestro sector entre los más vulnerables.
Tampoco se escuchó una nueva inyección de recursos para la Salud Pública y menos para la Atención Primaria, altamente amenazada por un eventual recorte financiero en la construcción de presupuestos con base cero, que está realizando el gobierno. Este punto es crucial, ya que necesitamos para hoy más recursos que fortalezcan la detección y la trazabilidad de los casos de COVID 19 como soportes de un desconfinamiento más seguro sin rebrotes, y para mañana cuando debamos continuar con nuestras labores habituales incorporando medidas de protección para usuarios y funcionarios.
Menos aún hubo una mirada hacia la transformación y mejoramiento de aquellos instrumentos con que se mide el avance de la enfermedad y se toman las decisiones, como se ha hecho hasta ahora, sin transparencia e ignorando a las organizaciones gremiales, de usuarios y hasta el propio consejo asesor. ¿Cómo se puede enmendar el rumbo, entonces, si se carece de gestión en la gobernanza de la crisis. ¿Cómo se le pide a la ciudadanía que obedezca si no puede confiar en quiénes se lo piden?. Aquí una de las mayores omisiones y oportunidades perdidas de la noche.
Sólo se escuchó, en torno a la pandemia la promesa de fuertes campañas comunicacionales para advertir a la población de los riesgos de la enfermedad. Piezas comunicacionales en las que esperaremos ver cómo se asigna la responsabilidad de un rebrote a las propias personas, olvidando que los grandes cambios culturales en Salud requieren de la participación del Estado en su totalidad, con participación ciudadana y una base amplia en la gestión del intersector. Acá tampoco escuchamos recursos para el refuerzo de la labor de la promoción, prevención y educación en salud, que debe hacer la Atención Primaria en conjunto con el Municipio y los gobiernos locales.
Y como eterna amenaza, Sebastián Piñera, volvió a la vieja figura de la cirugía mayor a la Salud, pero con bisturí privado. Reiteró su anhelo de implementar el Seguro Catastrófico y el Plan Universal de Salud sin tocar estructuralmente las formas de financiamiento de la Salud Pública y privada. Lo anterior, pese a todos los actores, desde todos los más variados sectores políticos, desde la academia y el mundo social, que unen sus voces para declarar el fortalecimiento de la salud pública como el gran aprendizaje tras esta crisis. Porque no se puede elegir vivir sano con las desigualdades de un sistema sanitario segregador que no garantiza el verdadero derecho a la salud.
Por último, manifestamos nuestro tajante rechazo a la represión ejercida por Fuerzas Armadas y de Orden en diversos puntos del país como señal anticipada de la “nueva mano en Interior” para quienes osen disentir. Anoche, compañeros de la ANEF fueron reprimidos y tomados detenidos por ejercer el legítimo derecho a protestar contra un gobierno sordo y prepotente, aún en las horas más oscuras de Chile.
La CONFUSAM no aceptará las intenciones del gobierno de abandonar la Salud Pública, dejándola sin recursos urgentes en esta crisis para posteriormente privatizarla, utilizando una pandemia como el momento propicio para hacerlo.
DIRECTORIO NACIONAL
CONFUSAM