El Sar de Vilcún estuvo durante varios días de febrero bajo exposición pública, al conocerse que -por falta de ambulancia- los familiares de un paciente con cáncer debieron trasladarlo durante la noche, en su catre, por las calles de la comuna para que le proporcionarán morfina debido el intenso dolor que sufría. Lo cierto es que ese establecimiento llevaba varios meses sin disponer de su único vehículo que estaba en pana y debe pedir prestado ese apoyo a otro recinto de salud.

Con mucha alegría, la comunidad de Cajón en Vilcún (La Araucanía) recibió a fines de 2022 su nuevo servicio de urgencia de alta resolutividad, Sar. Con un costo de mil trescientos millones y 600m de superficie, se construyó para abordar necesidades sentidas por la población.

El nuevo establecimiento cuenta con una sola ambulancia y, por ello, su gestión debiese ser óptima. Sin embargo, no ocurre así. Boris Salazar, presidente de la Afusam de Vilcún, relata que desde fines de diciembre estuvo en pana y que “la jefatura informó que estaba en proceso administrativo para su reparación”, el cual se prolongó durante enero y febrero.

En esa comuna del sur, de casi treinta mil habitantes según el censo de 2017, existen cinco postas, un cesfam, un sar y un cescof. Este último se ubica en Cherquenco, distante a una hora de Cajón, y fue el que facilitó su vehículo en las tardes y les era devuelto a la mañana siguiente y así todos los días mientras no se reparase el de Cajón. Como debía cubrir ambos centros, a veces las cosas no resultaron de acuerdo a lo planificado y se producían largas esperas para los traslados. Eso pasó la noche en que el paciente requirió ayuda; como había una feria costumbrista en el sector, la ambulancia fue enviada a prestar apoyo.

Aunque la situación de la ambulancia ya se subsanó, el dirigente señala que la mantención de los móviles siempre ha estado en falencia y cada vez que tienen un desperfecto tarda bastante su reparación.

Infraestructura en estado crítico

Las postas de la comuna, según relata Boris Salazar, tienen ya cerca de tres décadas de vida y dos de ellas están en condiciones más críticas. Se trata de las ubicadas en Codinhue y Quintrilpe, que son las más antiguas, y aunque han sido reparadas y se está postulando a su reposición “el trámite es lento”, grafica el dirigente. Codinhue es de madera y sus boxes se gotean, hace algún tiempo -además- fue invadida por ratones, que se colaban por los hoyos de sus muros, los que fueron tapados. Quintrilpe, tuvo problemas con su fosa séptica que se rebasó y requirió una limpieza.

Posta de Codinhue y uno de los hoyos por donde ingresaban los ratones.

El resto de los centros de salud, por su parte, ha quedado estrechos por el aumento de población y los equipos deben compartir boxes y turnarse para no toparse en las rondas. Se evalúa hacer ampliaciones o instalar container para seguir prestando las atenciones.

Por último, declara el dirigente, que una situación que complica a los equipos que acuden a rondas, es que hasta enero eran trasladados y luego devueltos al departamento de salud. Pero desde este año se les exige marcar entrada y salida en la misma posta y cada uno debe resolver, como pueda, su transporte hasta ese lugar.