A tres años de las intoxicaciones masiva en Quintero y Puchuncaví por emanaciones de gases, aun no se conoce quiénes fueron los responsables y los cambios implementados para evitar nuevas crisis son muy pocos, señala el dirigente de Afusam Quintero, Daniel Ríos. Clara prueba del escaso avance, es que en el marco de esta entrevista, se conoce de una nueva situación que afectó la salud de niños y adultos en un colegio básico de Puchuncaví.
“Creo que la pandemia ha favorecido que no se produzcan nuevas intoxicaciones masivas, ya que los colegios dejaron de funcionar y recién están retornando los alumnos a clases”, afirma Daniel Ríos. Dicho y hecho. A poco de señalar lo anterior nuestro entrevistado, se sabe de una nueva crisis, esta vez en el colegio La Chocota de Puchuncaví, donde 13 niños y 4 adultos debieron ser llevados al centro asistencial por náuseas y dolor de cabeza. Es la primera vez en estos tres años que se provoca una nueva emergencia.
Cabe recordar que el 21 de agosto de 2018, estudiantes de tres colegios de Quintero fueron los primeros intoxicados. En los meses siguientes se sumarían cientos de personas más. El dirigente de la Afusam local, cuenta que prácticamente la única diferencia actual en relación al momento de la crisis, es la instalación de tres estaciones de monitoreo de calidad del aire: Una, se ubica en el centro de la comuna, otro en el complejo industrial y la tercera en la posta Loncura. Sus informes pueden ser revisados casi inmediatamente en la página web de la Municipalidad (www.muniquintero.cl) .
Las estaciones evalúan material particulado 2,5 y 10; dióxido de azufre; monóxido de carbono, ozono y dióxido de nitrógeno. Pero, curiosamente, no entregaron ninguna alerta el 6 de octubre cuando resultaron afectados niños y adultos en la escuela La Chocota. Daniel enfatiza que debiese haber estaciones en cada empresa y fiscalización externa para determinar realmente si continúan las emanaciones.
Al igual que el dirigente de Confusam, las organizaciones locales tampoco están conforme con lo realizado por el Gobierno en estos años, ya que está más preocupado de proteger los intereses empresariales que la salud de la población. Así lo denunció la comunidad junto a sus alcaldes en agosto de este año.
“No podemos sentirnos seguros”
En la bahía existen 16 plantas de petroquímicos, pesqueras, mineras y otras que han transformado ese hermoso lugar en una zona de sacrificio. “Por más que se quiera no podemos sentirnos seguros con un cordón industrial a nuestro lado; la tranquilidad no va a estar mientras no se limpie el borde costero aunque mejoren sus parámetros las empresas”, indica.
El 2018 fue la intoxicación masiva y el temor hizo que los turistas optarán por otros destinos; luego vino la pandemia. De esta manera, los habitantes de Quintero han sufrido fuertemente tanto en su salud como en sus ingresos. Daniel, nacido y criado en la zona, proviene de una familia de artesanos: “mi familia ha vivido siempre del turismo y, en el último tiempo, ha debido apoyarse en sus ahorros”, señala pero reconoce que ahora último la gente está volviendo a veranear en la comuna.
El joven dirigente declara que deben cambiar las políticas públicas y darse más impulso a la fiscalización: “Para eso estamos construyendo una nueva Constitución; tenemos esperanzas de que haya más poder del Gobierno para fiscalizar a las empresas. El control permanente sobre ellas es la única manera para que mejoren sus protocolos y, por ende, nuestra calidad de vida”, concluye.
Foto portada: estación de monitoreo calidad del aire en posta Loncura.