Siendo el 1° de mayo una fecha tan emblemática en la historia de la lucha por el trabajo digno y la justicia social, es innegable para nosotros sentir que en esta ocasión nos encontramos en un punto de inflexión, que marcará nuestro futuro. Tras medio siglo de frustración y dolor, la historia se abre nuevamente y nos da una segunda oportunidad para construir un Chile más justo, digno e igualitario. Por primera vez en tantos años este 1° de mayo, la ilusión y la esperanza vuelven a los corazones de tantos luchadores sociales.
Para nosotros, además, se nos da la posibilidad de tener por primera a la salud como un derecho, anhelo profundo por el que cada trabajador y trabajadora de la Atención Primaria ha luchado en lo cotidiano y en lo colectivo. Por estas razones, compañeros y compañeras, este 1° de mayo iniciemos nuestra cruzada para movilizar a quienes están dudosos, a quienes se han dejado llevar por la infamia, a quienes no quieren involucrarse; ¡los necesitamos a todos! Porque como país vamos a aprobar la Nueva Constitución dejando una herencia de justicia y dignidad para quienes aún no alcanzan a votar, para las futuras generaciones y para las y los chilenos que aún no nacen. Arriba las y los que luchan por la Nueva Constitución que construirá el Nuevo Chile.